Tengo un peluche
que tiene vida propia, se llama Primus II y es un gato de raza cruzada entre
Persa y Callejero. Podríamos definirlo como resimpático animal. Me da extra
bonus de besos para ser un gato y siempre está dispuesto a que le acaricien y
le den mimos. No me hago la dura, yo tampoco. Es imposible, es demasiado suave.
Lo creáis o no,
mi vida ha cambiado ligeramente, trato de estar más en casa para estar con él,
porque le gusta estar con alguien y llora cuando está solito, tiene tres meses,
es decir, es un niño de dos años, a los efectos humanos.
Quién me lo iba a
decir, que algo a mi entender tan insignificante iba a suponer semejante cambio
en la percepción de las cosas y de mi vida, yo que soy la persona menos mascotil que existe…Tengo suerte, es un compi estupendo
y es tan guapo que una no se cansa de mirarlo, vivo con Brad Pitt, a los
efectos humanos.