El
presidente francés François Hollande, Paco Holanda para los paisanos, ha estado
en Kinshasa con la ocasión de las celebraciones de la francofonía, que es eso
que les gusta tanto a los franceses, es decir, que se hable francés por todas
partes, perfectamente y en todo momento. Así que hacen encuentros para celebrar
que no tienen absolutamente nada en común, excepto la lengua, y bajo esto
subyace una especie de mensaje en plan “el imperialismo mola, pero somos demasiado
políticamente correctos para decirlo abiertamente”.
Kinshasa
es una de esas ciudades africanas donde encuentras a una mayoría de población
que habla un francés perfecto, y una minoría que habla un francés casi
perfecto, y apenas encuentras gente que no hable francés. Esto puede llevar a
pensar que el presi francés tiene que estar muy contento, dando palmitas con
las orejas porque la francofonía es una realidad y el Congo es muy grande, y
contra mas grande el país, más extendida la francofonía y tal y cual…
Pues
no.
Se
ha pasado de morros toda la visita, a ésta, nuestra querida RDC, haciendo
desplantes al presi y diciéndole delante de la prensa que es un malo maloso y
que Conguitolandia es una vergüenza de país en cuanto a Derechos Humanos,
democracia y oposición.
Vale,
supongo que a estas alturas de la película ya os habréis dado cuenta de que
papa Kabila no es que sea mi hombre favorito sobre la faz de la tierra y que le
he dado las suyas y las del pulpo en algún que otro post pasado, y aunque esté más
o menos de acuerdo con el fondo de lo que dice el señor Holanda, me parece que
la educación y el respeto pasan por delante de cualquier cosa, llegar 42
minutos tarde a una recepción, no dirigirte a quien te tienes que dirigir,
etc., etc. me ha parecido un poco salidito de tono. A mí, que soy la primera
que me salgo de tono...
Lo
que creo es que si quería hacer un posicionamiento de este tipo, perfectamente podía
haberse quedado en Paris, declinar la invitación y decir todo lo que ha dicho
sobre el país y sobre su papá presidente. Pero ir, para no parar de hacerle
desplantes, a mi me parece feo, no sé a vosotros. Según él, quería que la
prensa le acompañara para que vieran con sus propios ojos (de lente) la
realidad del país. Me sigue pareciendo feo. Os pongo el link a “Le PetitJournal”. Por cierto, en la calle donde no les dejan entrar a ver al líder de
la oposición, es donde vivía yo…