Ya os he comentado que estuve en Arusha este fin de semana. Lo más singular que me ha pasado es conocer a una familia de argentinos que llevan viajando desde 2000. Los Zapp. A bordo de una Graham-Paige llevan recorridos unos 200.000 kilómetros.
Había leído sobre ellos en una de esas in-flight magazines de alguna compañía aérea de cuyo nombre no quiero acordarme.
Estaban allí en Arusha en una feria del verano (aunque no sé si es verano ahora mismo en Arusha) y yo estaba con un amigo de origen argentino. Así que me parecía como algo cósmico, y que teníamos que hablar con ellos. Unos tipos encantadores. Resulta que su única hija (los otros tres son nenes) se llama Paloma. Por si nunca os ha pasado, si tenéis nombres no tan comunes como el mío, y encontráis gente que han llamado así a su única hija, instantáneamente piensan que tu nombre es extraordinario, y que probablemente tu eres guay también, aunque seas gilipollas. Así que me lo pusieron muy fácil para caerles bien.
Dijeron que pasarían por Kigali próximamente así que les di mi tarjeta para que llamaran si quisieran. Esto va contra todo lo que me enseñó mi madre, eso de no hables con desconocidos, no te fíes de la gente y aquella misteriosa persona que daba caramelos a la puerta del colegio, y que yo nunca encontré, a pesar de lo mucho que me hubiera apetecido ese caramelo.
Lo que pasa es que aquí en Afrik, aplican otros parámetros, mamá. Somos pocos rostropálidos (cada vez más, por desgracia), y menos hispanohablantes aún, así que das tu contacto, abres tu casa, y les preparas la cena si hace falta. Vives en una constante casa de estudiantes, y entra y sale gente a menudo. Esto, que quizá os horroriza, amigos lectores, confieso que me gusta. Vivir en un constante estado de bienvenida es mejor que vivir encerradita en tu cascarón.
Os recomiendo encarecidamente que le echéis un vistazo a su blog, se llama "Tres Américas una huella. Los Zapp", y ahora están en su aventura africana. Si tenéis ganas de hacer un viaje con un coche de los años 20, o en un coche más moderno, o de viajar durante 14 años, o durante 1, o durante 5 días, o de ver como se pueden reducir gastos en un un viaje mochilero, o tenéis ganas de quedaros en vuestro sofá y ver fotos de una preciosa Graham-Paige en fantásticos lugares, clicad sobre el nombre del blog, que os he puesto un link la mar de rico.
miércoles, 18 de junio de 2014
martes, 17 de junio de 2014
Personally
He pasado un intenso fin de semana en Arusha visitando y despidiéndome de unos muy queridos amigos y ahora la semana se me hace cuesta arriba. Os lo digo personally...
En todo caso, ha merecido totalmente la pena. Work hard. Play hard.
En todo caso, ha merecido totalmente la pena. Work hard. Play hard.
lunes, 9 de junio de 2014
Hasta la Victoria, siempre...
Cuando vives con una persona a la que quieres, todo
se llena de cotidianidad. Le quieres, por supuesto, eso está fuera de toda
duda. Pero además de con el amor que le profesas, vives con las cosas que te
irritan, con los hábitos y manías que no compartes, con cierto grado de
testarudez y con una serie de aspectos de la jornada ordinaria que no son nada
atrayentes para ti. También indudablemente, puedes disfrutar intensamente de
los buenos momentos, de los que te acercan, de los que te hacen querer más y
más. Todo es real, para lo bueno y para lo malo.
En la distancia todo el aspecto de cotidianidad se
diluye. Tengo que hacer esfuerzos para recordarlo. Solo queda una especie de
idea etérea, flotante, idealizada de la persona y de los motivos que te llevan
a quererla y a admirarla. Es como si la relación se congelase, no avanza, ni
para bien ni para mal; es una idea de una persona que no se mueve, que no
evoluciona, que no cambia de opinión. Como si las personas fueran objetos de
museo. La persona no cambia, no envejece, no pierde la memoria, ni los papeles,
no tiene manías ni despistes, es una copia exacta en carne y hueso de la imagen
de tu memoria.
Esto me ocurre con todas las personas a las que
quiero. Pero sobre todo con mi familia, con mis padres, y especialmente con mi
madre. Supongo que porque es mi referente femenino; quien me ha enseñado como
ser una mujer en este mundo. Ella es en general alguien a quien siempre he
admirado, pero desde que solo la veo dos veces al año, es la máxima
idealización de mi mente. Ahora mismo, en mi mente, mi madre es prácticamente
perfecta. Creo que no sabe volar y que no es alquimista, pero esas son
probablemente las dos únicas cosas que no puede hacer. Por todo lo demás,
encarna la perfección.
Creo que la cotidianidad, el hábito, y ahora para
mí, la distancia, hacen que no digamos suficientemente a las personas que
queremos, que les queremos. Este post es para solucionar eso. A mis padres,
gracias por enseñarme a trabajar duro, a pensar en el futuro, a luchar por lo
que quiero, a hacerme valer, a solucionar mis propios problemas, el gusto por
la lectura, y por el estudio, por los idiomas, a ser cauta, y a no tener miedo.
Por no cejar cuando me podía la vagancia o no entendía que fueran tan pesados o
tan estrictos; o cuando ellos, no entendían que el dichoso cálculo mental no
era, simplemente, para mí. A mi padre, por hacerlo queriendo que trabajase en
algo que me gustara y que pudiera ser feliz. Si soy feliz, es en gran parte
porque me diste las herramientas para ello. A mi madre por hacerlo queriendo
que yo fuese una mujer independiente y resuelta. Si el mundo me gusta, es en
gran parte porque tú estás en él. Llego a casa en 10 días. Tengo muchas ganas
de veros.
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