viernes, 24 de julio de 2009

Tirando

Bueno, vamos capeando el temporal...

He tenido varias sesiones intensivas de fotos, música y pelis para entretenerme. Lo malo de las fotos es que dan alivio momentáneo, después sólo quieres abrazar a todo el mundo que ves, y claro, no puedes.

Si tuviera que describir lo que veo entre los expats en Kin, (siempre me he reprimido de escribir esto porque no quiero preocupar a la familia), salvo excepciones, diría que vivimos en una especie de coma emocional, no puedes decir que estás mal, porque no estás mal, pero tampoco puedes decir que estás bien. Entras en un estado de catatonia emocional sin sobresaltos ni para arriba ni para abajo. El trabajo es duro, pero el trabajo es duro para mucha gente en Europa, el problema es que no tienes suficientes estímulos ni vías de escape, con lo que la carga de un día se puede acumular para el siguiente. Esto se aplaca un poco estando con más gente, porque aunque estamos todos juntos en casa y a todos nos pasa lo mismo, por lo menos puedes hablar de otras cosas. Pero todo junto hace que para recuperar el aliento, de vez en cuando, haya que salir de Kinshasa.

Este es un sentimiento generalizado, todos sentimos que de vez en cuando hay que salir de esta ciudad, porque te hace perder la perspectiva de las cosas, y no en el buen sentido. Conseguir cada cosa pequeñita, insignificante y rutinaria cuesta o bien dinero, o bien colas, o bien duras negociaciones o bien todo a la vez. Y a lo largo del día, hacemos muchas cosas pequeñitas, insignificantes y rutinarias, con lo cual, al final del día, has pagado, esperado y negociado muchas veces, y acabas cansada.

Cada vez que me canso pienso que votaron las elecciones democráticas por primera vez hace tres años, o intento buscar explicaciones, pero aún así, ya os digo que mi mente está puesta en la primera semana de agosto en la que por fortuna, nos cojemos unos días para ir a Zongo. Felizmente, dentro de poco, saldré un poquito de Kinshasa...

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