jueves, 7 de abril de 2011

Antoinette

Hay una mujer maravillosa en Kigali. Se llama Antoinette y es modista. A base de tijeras ha llegado a construir un colegio para los peques de un barrio de Kigali, Kacyru, donde yo también vivo. Es estupenda. La adoro. Es alegre, es tenaz, es constante. Vamos, se sale de la media nacional, sobre todo por lo de alegre. Ayer estuve con ella, vino a la oficina a visitarnos, aunque la veo a menudo porque soy una voluntaria de su proyecto. Doy clases de inglés a los profes, que se las ven y se las desean tras el cambio de idioma del francés al inglés en la escolarización obligatoria. En fin, el caso es que charlaba con ella y me decía cuánto adoraba su trabajo, incluso ahora, que no ve muy bien, pero coge sus tijeras y se relaja...

Me recordó a otra mujer, de más o menos la misma edad que me repite constantemente que se morirá con el peine. Le conté a Antoinette que mi madre es una peluquera apasionada por lo que hace. Entonces me preguntó un montón de cosas, y hablamos sobre la formación, sobre el instinto natural, sobre las chicas que salen de la academia y lo diferentes que eran antes y ahora, le conté todo lo que mi madre me ha repetido todos estos años, estaba tan de acuerdo que me dijo: dile a tu mamá que en África, hay una mujer como ella.

Hay otro artículo sobre Antoinette aquí, porque ella inspiró el proyecto de millecollines.

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