viernes, 3 de abril de 2009

Un repasito por la historia

Supongo que la mayoría de ustedes tiene la misma idea del Congo que yo tenía hace unos años, o sea, 0 pelotero. (A quienes conocéis la historia, lo siento, y podéis pasar sin leer esta entrada, o si estáis de humor, os invito a que completéis con un comentario, porque me temo que me dejaré cosas...)

Bueno, pues otra de las ideas que me rondaban por la cabeza es ir contando un poco de la historia del Congo, porque creo que está muy relacionado con lo que ocurre actualmente y aunque estáis viendo que la paz se firmó recientemente, dudo que veáis a alguien cantando victoria porque hay muchos intereses en juego (el Congo tiene diamantes, coltán, oro, y otros minerales que sabría ennumerar aquí si no me hubiera llevado chuletas de la tabla periódica de los elementos a cada examen de química en el instituto)...

Pues bien, lo justo es que empecemos por el rey Leopoldo II, ¿por qué? Pues porque antes de Leopoldo, el Congo no era el Congo, sino un territorio bañado por el río Congo, en el que había unas tribus que vivían la mar de tranquilas y la mar de bien (bueno, quién sabe, a lo mejor tenían algún conflictillo entre ellas, típicos piques entre los pueblos vecinos, pero eso pasa hasta en las mejores familias...), hasta que llegaron los blancos y sus expediciones y se lió la Marimorena.

Al rey Leopoldo, Bélgica se le quedó pequeña y se empeñó en que quería tener una colonia, os recomiendo el libro "El fantasma del rey Leopoldo" de Adam Hochschild y mientras tanto os pongo un enlace.

Como todo lo que había entre costa y costa de África era territorio inexplorado, el rey mandó a Stanley a explorarlo para él, a cambio de un sueldo muy respetable. De Stanley se ha dicho de todo, bueno, malo, peor...

Como este es mi blog y puedo decir lo que me de la gana, os diré que en mi opinión, Stanley fue un hombre de su tiempo, es decir, no se planteaba ni remotamente que África pudiera ser de los africanos, creía que Gran Bretaña era chachi piruli y que todo lo hacía bien, incluido gobernar sus colonias, así que fue fiel a la corona inglesa en el corazón y al rey Leopoldo de Bélgica en el bolsillo, aunque en repetidas ocasiones se hizo pasar por norteamericano. De hecho tuvo la nacionalidad estadounidense y luchó en la guerra civil en ambos bandos. Vamos, que un poquito de hacerselo mirar no le hubiera venido mal. Las malas lenguas dicen que tenía graves problemas de intimidad con las mujeres, esto no me atrevo a asegurarlo, pero si eso es cierto, entonces me creo que fuese ese ser tirano del que hablan algunos autores. Por todos es sabido que los problemas sexuales generan muy buenos dictadores. Pero si por algo fue famoso Stanley es por haber encontrado a Livingstone y haber dicho esa frase que pasó a la historia: - Dr. Livingstone, supongo. Suponemos que la dijo.

Seguimos con Leopoldo, tras la exploración de Stanley, convenció a todo el mundo desde Europa hasta Estados Unidos, para que le dejasen gobernar el Congo a él, y como a otros se les antoja un playmobil y no paran hasta conseguirlo, a él se le antojó el Congo, y no paró hasta conseguirlo. Y lo consiguió. Leopoldo probablemente, se tomó un cafecito el día de la Conferencia de Berlin, porque aunque él no estaba presente, lo estaban todos los hombres de su confianza, y otros a los que ya tenía convencidos previamente.

Extrajo del Congo todo lo que pudo y más. Marfil al principio, pero cuando se inventó la rueda de goma, encontró un filón en el caucho, después también oro....Muchos de los palacios, monumentos, etc. que hoy en día existen en Bruselas se financiaron con el caucho del Congo.

Para que os hagáis una idea del angelito, hubo un momento en que temieron quedarse sin mano de obra que extrajera el caucho, porque se habían cargado a tanta gente que se estaban quedando sin pobladores originales, que utilizaban como mano de obra, a la que por supuesto no pagaban nada, sino más bien, les extorsionaban utilizando a sus mujeres como rehenes, a cambio de un tanto estipulado de caucho. Leopoldo tenía su control garantizado a través de un ejército, la Force Publique, que por desgracia tenía unos cuantos especímenes de Sr. Kurtz (os recomiendo también "El corazón de las tinieblas" de Joseph Conrad, que pasó unos meses en el Congo en aquella época y fue testigo de las atrocidades) y que utilizaban métodos de convicción muy convincentes, como la chicotte, un látigo que si te azotan con él, te hacen mucha pupita.

Si la gente de las tribus no entregaba lo que se les exigía de caucho, se los cargaban, y a cada cadaver le cortaban la mano. Al final, acabaron cortando manos de gente viva, niños, y todo lo que les apeteció. Hay fotos horripilantes que se pueden encontrar en internet, si buscais algo así como "le pays des mains coupées".

A todo esto, el rey gozó de una gran popularidad al principio, él se autoproclamó como el gran filántropo antiesclavista, y parece ser que era un tipo carismático y muy agradable, con grandes dotes para la diplomacia, así que gozaba con el respeto de toda Europa, y de Estados Unidos.

No fue hasta pasados muchos años que empezó a recibir las críticas que costaron que tuviera que dejar el Congo en manos del Estado belga, pero esto amigos, es otra historia...

No hay comentarios:

Publicar un comentario