miércoles, 21 de noviembre de 2012

A verlas venir...


Entrada pacífica de los rebeldes en Goma, así describen todos los periódicos la entrada de las tropas del M23 con Sultani Makenga a la cabeza, y sin rastro de BoscoNtaganda, que como lo buscan en La Haya, ha preferido quedarse por el bosque. Sin embargo, según un reciente informe de Global Witness, el señor Ntaganda sigue teniendo el control de algunas minas en el este del Congo, y sigue pasando minerales de contrabando hacia Ruanda. Se conoce que el hombre anda ocupado.

Desde 2003, ningún grupo rebelde había tomado la ciudad de Goma. Ni una década de tregua para los habitantes de la ciudad, ni un segundo de tregua para las poblaciones más al norte.

Las FARDC habían puesto pies en polvorosa, no dejando ni rastro, y los cascos azules, tras la insólita actuación del sábado, en la que de hecho, se tuvieron que calzar las botas y adentrarse en la selva, para pegar tiros, -a la que no nos tenían acostumbradas-, volvieron a su estado habitual y no ofrecieron resistencia alguna, y se quedaron mirando a los rebeldes mientras pasaban, según el portavoz de NU porque no querían que en un fuego cruzado murieran civiles. Qué consideración. Por supuesto, UN no ha tardado en condenar después la invasión rebelde en Goma, como quien no juega un rol en ello, faltaría plus.

Critico a MONUSCO, pero en realidad, ellos son la cabeza de turco, el último mono en una cadena de decisiones que vienen de muy alto y que les indican que se limpien el culete con su mandato, y que no hagan nada. Esta es una de las guerras (no declarada, pero que nunca ha cesado) más silenciadas de la historia, con varios países en juego, con múltiples intereses en juego, de países, y de grandes multinacionales porque el Congo, queridos míos, si el mundo fuera un lugar lógico, sería el país más rico de la tierra, seria obscenamente rico, con oro, diamantes, coltán, casiterita y una larga lista de minerales que, si pudieran gestionarlo ellos, los congoleños, y no los rebeldes u otros países, estarían forrados y dictarían las leyes del mundo. Pero no es así, porque el mundo no es así, y porque el Congo no tiene un gobierno ni una gestión del país, tiene una broma y tiene un caos perpetuo, y los congoleños lo consienten. El presidente del pufogobierno está precisamente en Kampala, a donde se dirigió ayer, en plena crisis, para reunirse con los presidentes de los otros países de la región, entre ellos, Uganda y Ruanda, que tienen mucho que decir en esta crisis por ser los países fronterizos en el este. Ahora bien, tanta camaradería, tanto buen rollito, tanta prisa por irse a tomar el café juntos y tanta pasividad de los cascos azules…me pregunto yo si esto ha sido o no una sorpresa. La tierra debe de estar tan conmocionada como yo ante estos eventos, porque ayer, precisamente con epicentro en Kampala, se originó un terremoto de magnitud 4.9 en la escala de Richter, que se sintió incluso en Goma y en Kigali a las 18:23:51, hora local, y que me pilló en la oficina.

Volviendo a Goma, ayer por la mañana, algunos, pocos civiles, salieron a la calle a recibir con tímidos vítores a las tropas del M23, supongo que más por una estrategia de que cuando te invade un grupo rebelde, y sabes que lo que viene por delante es pasarlas más putas que antes, mejor llevarte bien con el que potencialmente puede joderte, o matarte. La psicología en tiempos de guerra, parece ilógica, pero no lo es. Es básica y primaria, es de supervivencia. Otros, más cautelosos, simplemente se quedaron en sus casas, la ciudad, de hecho, por lo que cuentan, era una ciudad fantasma.

Llama la atención el equipamiento de los rebeldes, todos con sus caritas hamíticas y sus trajes de camuflaje perfectamente nuevos y limpios, planchados y sin una manchita de barro, cinturones con provisiones, AK47, walkie talkies, gafas de visión nocturna (si, habéis leído bien) y alguna que otra artillería pesada. Me pregunto de donde habrán sacado todo eso, y si no tendrán algo de ciertas las acusaciones formuladas que indican que reciben apoyo económico y logístico…

Os dejo las imágenes de Paris Match, para que juzguéis vosotros mismos, mientras tanto, aquí nos quedamos, como los habitantes de Goma, a verlas venir…

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