viernes, 19 de febrero de 2010

Staff Benda Bilili

Os acordáis que hace un tiempo comenté que me llevé una sorpresa yendo a un concierto? Os puse una noticia sobre este grupo de disminuidos físicos que tocan rumba y dan un espectáculo impresionante. Uno de ellos incluso toca un instrumento fabricado por él mismo a partir de una lata, y os juro que saca notas de ahí!!!. Acaban de regresar a Kin después de una gira europea agotadora.

Os pongo dos vínculos, uno un vídeo, para que los veáis, pinchad aquí.

Y otro, referencias sobre ellos en wikipedia, aquí.

Pure enterteinment...




miércoles, 10 de febrero de 2010

Las leyes de la genética no fallan nunca

Esta es una gran frase de una gran película argentina llamada “Un lugar en el mundo”. Hoy no puedo estar más de acuerdo. Mi madre y mi padre, acaban de comunicarme que con sus 67 y 68 años respectivos han decidido venir a visitarme al Congo.

Añadiré, para todos aquellos que no les conocéis, que para programar un fin de semana de, pongamos por ejemplo, “El románico de Zamora”, mi madre, amante del románico por otra parte, tiene que iniciar una campaña de sensibilización de meses para convencer a mi padre del interés de la visita en cuestión, y no siempre triunfa en su empeño, por lo que en lugar de renunciar a la excursión, se va sola o busca otros compañeros de viaje más dispuestos.

Pero, parece que el hecho de que nunca nadie de mi familia ha estado lejos de casa tanto tiempo, sumado al hecho de que yo nunca he pasado fuera tanto tiempo, y soy la pequeña y esas cosas influyen también, más el hecho de que están jubilados y disponen del tiempo y del dinero e indudablemente (y esto hubiera sido lo más cuestionable) tienen las ganas, proporcionan el coctel perfecto para que aterricen en el aeropuerto de N’Djili el día 13 de marzo de 2010.

De hecho, la precursora de la idea, mi madre, tuvo un momento de titubeo cuando le dije que la vacuna contra la fiebre amarilla es obligatoria para entrar en el país, pero mi padre la animó y ahí están los dos inmersos en la tramitación del visado.

Esto me ha hecho recordar que cuando les comuniqué a mis padres que dejaba un trabajo indefinido por venir a terreno, mi madre me pedía que lo pensase bien, y se mostraba cauta, y a pesar de que supongo que le daba miedo la idea, nunca trató de convencerme de que no lo hiciera. Esto era totalmente previsible para mí. Pero me sorprendió que mi padre me confesara que le daba envidia lo que hacía y que ojala él hubiera tenido el coraje de hacerlo. Esto sí que fue una sorpresa.

En cuanto a mí, la verdad, pensaba que cerraría esta increíble etapa de mi vida manteniéndola en mi recuerdo como algo que solo yo y las personas que conocí en Kinshasa compartimos (exceptuando la visita de alguna gente de ONG que conocía, pero queridos, no es lo mismo). Ahora, dos de las personas más importantes de mi vida estarán aquí para ver la realidad del país y de mi día a día, pondrán caras y nombres y paisajes a lo que les cuento por teléfono. Creo que tanto en ellos como en mi misma, la visita supondrá una diferencia.

En fin, que tengo claro a quiénes he salido. Las leyes de la genética no fallan nunca.

lunes, 1 de febrero de 2010

La Biblia Envenenada

He leído un libro que creo que debo recomendaros. Se llama la Biblia Envenenada y cuenta la historia de cómo un pastor baptista, su mujer y sus cuatro hijas viajan desde USA hasta el Congo Belga para evangelizar a sus gentes.

El, fanático y cegado por su fe, la mujer, al principio sumisa y después, resuelta, sus hijas, cada una con una aceptación y aproximación a la realidad congoleña diferente, la que nunca se adapta, la que se integra inmediatamente, la que lo vive como espectadora y la que encuentra su vida en el país. A cada una, el Congo le deja una cicatriz distinta con la que tendrán que aprender a vivir el resto de su vida.

En principio, la autora no ha estado nunca en el Congo, pero es impresionante como es capaz de entrar en el detalle de los sentimientos que son tan genuinos y especiales de una mujer blanca en el Congo. Según avanza el libro, los personajes tienen una clara evolución, pero según avanza el libro, yo misma me veía reflejada en los sentimientos de la madre y las hijas en diferentes momentos de mi estancia en Congo. Creo que cada mujer blanca viviendo en el Congo es un compendio de esas cinco mujeres que sufren y aman en la colonia belga.

Lo devoré en dos días.

Contra todo pronóstico

Pues MMB no debe de saber muy bien lo que está haciendo, pero a falta de alguien mejor, soy la jefa. Ahora misma tengo el estatus de coordinadora de proyectos. Contra todo pronóstico, estoy encantada. En general, con todo. Veo Kinshasa con los ojos de la que se va y estoy mucho más a gusto. Me quedan apenas unos meses de misión y tolero muchas más cosas o al menos, las llevo sin tanta ansiedad. Pero al mismo tiempo, soy muy consciente de que es porque sé que me marcho. Sino la idea de seguir discutiendo por enésima vez el mismo problema, originado por otros, del que tu solo has intentado poner una solución, y al final te llevas todas las culpas si lo mas mínimo sale mal, durante otros doce meses…sería algo que me generaría sensación de ahogo. De momento, lidio con los amigos corruptos y sin corromper del Estado congoleño, si le podemos llamar Estado, con dignidad y paciencia (y alguna subida de tono que otra). Y disfruto todo lo que puedo de mi equipo, de mis amistades, de esta ciudad que al fin y al cabo, ofrece tantas cosas…