viernes, 28 de marzo de 2014

Ernesto "Che" Guevara y su revolución congoleña

Creo que esto nunca os lo he contado. Supongo que a muchos de vosotros os gustará saberlo. El Che estuvo en Congo. El fantástico y venerado Ernesto Guevara vino al continente africano en 1965, -cuando a Patrice Lumumba los gringuitos y algún que otro congolufo ya le habían hecho entregar la cuchara prematuramente-, porque un movimiento de liberación le había pedido ayuda para luchar contra el gobierno de Tshombe. El tipo abandonó su vida acomodada (recordemos que Fidel Castro ya era Primer Ministro en Cuba por esa época) y se fue él mismo, para asombro de los libertarios, que calculo que les interesaba más la pasta que les pudiera mandar por Western Union (o el equivalente de la época), que su presencia, que aunque muy motivadora, probablemente exigía más compromiso, entrega, orden y concierto del que los revolucionarios congoleños tenían en ese momento, vamos, digo yo. Al margen del cristo que había montado en el país por aquella época tras la muerte del presi y héroe nacional por antonomasia, y en el mundo en general, con guerras frías y demás.



Los muy forofos del argentino que conocen su vida al detalle, me lo han comentado. Porque forofos de Congo que siguen la trayectoria del país al detalle conozco pocos. - El Che estuvo en Congo, no? - Se fue de allí porque vio que hacer la revolución era imposible, no?




Es como la gracieta. Ni el propio Che pudo con el Congo. El Congo pudo con él y se tuvo que ir por donde llegó porque vio que no había manera. Esto engorda el ya de por si pesado bagaje de desesperación y resignación unido a este país. Nada funciona, no se puede hacer nada, todo sigue igual. Es como lo que os contaba en el post "Hablemos de peras" hace unos años, que la ironía en el país es tan grande, que en Kinshasa, el parque de bomberos se incendió, porque los propios bomberos no llegaron a tiempo para salvar su propio edificio.

Recientemente ha caído en mis manos el libro: "Pasajes de la lucha Revolucionaria" que precisamente es el diario del señor Guevara en el país en cuestión, y aunque no me considero una especial admiradora del Che, me gusta como empieza el libro: "Esta es la historia de un fracaso" y me he propuesto devorarlo. No sé qué tenemos los cooperatas con los fracasos. Debe de ser la experiencia que te da el terreno. Una persona que trabaja en una ONG quiere que le cuentes los logros de tu proyecto, bla, bla, pero sobre todo quiere que le cuentes las dificultades. Porque los logros que has obtenido son el marketing y lo que pones en el power point para el financiador y para los socios, y en la publicidad de la tele para conseguir nuevos socios; pero las dificultades son la realidad pura y dura de terreno, y cómo a pesar de todo, has podido con las dificultades, has ejecutado el proyecto y has conseguido tus objetivos, es fruto del ingenio y de las buenas ideas que han hecho que, con muy pocos medios, hayas conseguido los logros que van en el power point. Y eso es lo que queremos saber, porque quizá nos sirva en el día de mañana.

Comentábamos una amiga y yo que la figura del Che de las camisetas es parece ser, la imagen mas mainstream del mundo, mas que Marilyn Monroe o Andy Warhol. Imágenes del Che se ven por todas partes, en los matatus de África, y en los posters de Asia, en los bares de América y en las camisetas de Europa y en las de Oceanía también. El tipo mueve masas. Pero se fue del Congo, che. Qué lástima, che. Tshombe estuvo menos en el poder que un caramelo en la puerta de un colegio, y a finales del 65 Kasavuvu lo mando a Parla (literal, porque Tshombe huyó a España) y después Mobutu Sese Seko tomó el poder, como ya sabéis, por muuuuchos, muuuuchos años, como en los cuentos de hadas. Y de aquellos revolucionarios congoleños nadie ha oído hablar, y el Che tuvo la historia de su fracaso personal revolucionario.



Si el Che estuviera vivo y pudiera hablar con él, le diría que no se preocupe. Le diría que todos hemos fracasado en Congo, hasta la fecha, nadie ha cambiado nada, y lo que cambia, cambia para peor. Le diría que no fue culpa suya, es un país difícil, que no se lo tome tan a pecho. Mal de muchos, consuelo de tontos, etc. Le diría también gracias, yo creo, por intentarlo. Porque ya estaba el hombre aposentado y no tenia por qué complicarse la vida, y se la complicó. La congoleña que llevo dentro aprecia el gesto. A pesar del fracaso, su imagen esta en todos los matatus del continente, los africanos le aprecian y aunque nada cambió, les sigue molando llevar tu camiseta. Porque tiene el punto romántico, que te deja soñar sobre lo que pudo ser y no fue. Así que Che, gracias, che.




Fotazas


National Geographic ha publicado un articulo sobre Congo. Si no queréis leerlo porque es muy largo, al menos os recomiendo hacer clic aquí, para ver las fotos que son espectaculares. Analizan el cambio de mandato de la MONUSCO, que ahora les permite atacar y no solo defender, y si este cambio de mandato ha tenido o no un efecto positivo en la defensa del pueblo congoleño.

jueves, 20 de marzo de 2014

Lagos y volcanes







Intimo y personal

Finales de marzo de 2014 y me aventuro a decir que éste será un año un tanto extraño para mi en la soleada ciudad de Kigali.

No es un secreto que en principio, es mi ultimo año aquí, y lo mismo que para mi, para muchos otros amigos expats  que finalizan esta etapa de su vida. Así que habrá muchas despedidas.

Cuando eres un expat, aprendes a despedirte. A la fuerza. Te despides de un montón de personas a las que aprecias en cortos espacios de tiempo. Yo llevo en Kigali tres años y medio y me he despedido sin exagerar de al menos 15 personas que han sido muy importantes en mi vida aquí y como de otras 60, que no lo han sido tanto o lo han sido en menor medida.

Convendréis conmigo en que son muchas despedidas.

Puedo hacer hasta un refrán de ello: "No por mucho despedirte, la despedida se vuelve fácil". Despedirse apesta. Es lo peor. Somos todos nómadas, así que cuando te despides de la gente de aquí, no sabes si algún día volverás a Ruanda y cuando te despides del resto de expats, no sabes si algún día, podréis ser tan afortunados de coincidir en algún punto del planeta, porque uno esta en Roma, otro en Jakarta, otro en Dakar, otro en Melbourne, etc. y tu no tienes ni idea de donde vas a acabar...

Las despedidas de los expats, son despedidas, con todas las letras de la palabra despedida, en mayúsculas.

La experiencia me ha enseñado que con aquellas personas que quieres seguir en contacto, normalmente puedes, gracias al caralibro y al teléfono (ya nadie manda emails, no?) pero no es fácil, las dichosas franjas horarias que tanto odio, la distancia y el tiempo hacen que las relaciones se enfrían. En fin, ley de vida. Unos se van, otros llegan, y seguimos en la espiral de despedidas...

Como punto positivo, me quedo con lo que dice mi compi de casa. Aquí en Kigali estamos al resguardo de los gilipollas. Hay muy poco expat tonto de remate. La gente con la que comparto mi día a día es en general intelectual, culta, curiosa y muy interesante. Con historias y bagajes interesantes. Con sentido del humor. Con ideas y puntos de vista interesantes sobre la vida, sobre el amor, sobre la familia, sobre política... Con ganas de relativizar. Con ganas de reír, de saber, de conocer, de crear, de equivocarse, de volverlo a intentar, de pedir perdón, de recomenzar. Con ganas de viajar, de hacer deporte, de conversar, de conocer gente. Con ganas de vivir la vida al máximo de las posibilidades. Me aportan energía y aprendo de ellos y me siento viva y feliz.

Esto no lo puedo decir de la mayoría de la gente con la que asistía a las reuniones de vecinos de mi comunidad, cuando vivía en Vitoria, no sé si me explico. Así que me quedo con eso, con el haber conocido a gente que hacen que quieras ser la mejor versión de ti misma, aunque sea sin pulir.




viernes, 14 de marzo de 2014

lunes, 3 de marzo de 2014

La Corniche

Comparto reflexiones de un compañero de la ONGD ALBOAN tras la visita al otro lado de la frontera:

"La lluvia sobre el paso fronterizo de La Corniche cae inmisericorde. “Pero dónde están éstos”, me pregunto emulando al patrón de la maravillosa y triste La Planta 14 de Víctor Manuel. Son las cuatro de la tarde,  llevo desde las 6 de la mañana atravesando Burundi y Ruanda, y los pasos fronterizos han ido sorprendentemente bien… en éste último de Gisenyi a Goma, RD Congo, Papa Marcel - el poli de aduanas congoleño -  incluso me ha sonreído.


Por fin Mastaki, el chófer del Servicio Jesuita a Refugiados (SJR), me recoge en el lado congoleño. Está como siempre, feliz de verme. De hecho, en cierta medida mi presencia aquí le hace comprender que el JRS aún tiene trabajo para rato en Goma. Trabajo para él, y para tanta gente que vive de este tinglado que se han montado aquí unos cuantos en Kinshasa, New York, Kigali, Ginebra, Kampala, etc.

No trataré de explicar por qué esta ciudad sigue invadida por la basura, por qué hay gente que pasa el día tirada en el suelo, por qué el tráfico es un caos, por qué nadie arregla ni un metro cuadrado de carretera, por qué la mitad de las casas están que se caen, por qué hay más restaurantes que nunca para muzungus, curiosamente todos propiedad de mandos de la MONUSCO… no me creo tan listo, y además necesitaría una buena dosis de tiempo y ganas, para hacerlo, algo sólo posible cuando mis niveles de bilis vuelvan a la normalidad.

Sólo diré que miles de personas se hacinan desde hace más de un año en los campos de desplazados de las afueras de Goma. Grandes extensiones de “quita y pon” para que NNUU pueda albergar cínica y cíclicamente a las víctimas del conflicto de turno. En ALBOAN conocemos esto bien… en 2008 y en 2012 ya estuvimos acompañando a los equipos del JRS evacuados de Goma en sendas tomas de la ciudad por el CNDP y el M-23, respectivamente.

Honestamente, me late más hablar de DIGNIDAD. Con mayúsculas. Esa que el SJR está intentando dar a la gente de los campos, por medio de la Educación. Y me temo que aquí no hay lugar para avanzadas teorías que vinculan la acción humanitaria con “ulteriores fases de desarrollo”… eso mejor lo dejamos para donde y cuando se pueda. En el Este del Congo, donde nunca se sabe cuándo y dónde va a saltar la chispa de un nuevo conflicto, la Acción Humanitaria es hoy y aquí.

Hoy aquí necesitamos rehabilitar decenas de aulas de escuelas destrozadas por el paso de la guerra, hoy aquí es nuestra misión escolarizar al mayor número posible de niños y niñas desplazadas, hoy aquí debemos suministrar material educativo para más de 2.000 estudiantes de secundaria y manuales pedagógicos para el profesorado, hoy aquí podemos luchar contra el abandono escolar fomentando actividades generadoras de ingresos entre las asociaciones de padres y madres de alumnos, hoy aquí es nuestra responsabilidad asistir a las personas más vulnerables – ancianos, discapacitados, mujeres víctimas de violencia sexual -  de los campos, hoy aquí es la hora de presionar a Naciones Unidas para que no disminuya las raciones alimenticias en los campos, hoy aquí es el momento de decir basta a la inhumanidad que reina en el Este de la RDC.

ALBOAN está en presente en Goma. Hoy, y durante el tiempo que sea necesario, pase lo que pase, éste será nuestro hogar."