miércoles, 13 de mayo de 2009

Instrucciones para salir de Kinshasa

No me puedo atribuir la autoria del siguiente relato, es de un compi de otra ONGD que ha estado en Kin y que me ha dejado compartir esta anecdotilla en el blog. Se lo pedi, porque creo que el relato es muy bueno, yo me eche unas risas, parece mentira pero es real!!!

Cuenta todo lo que ocurre desde que entras en el aeropuerto de N'Djili hasta que te montas en el avion, toda una experiencia. Tomo nota para cuando me toque a mi...y en cuanto al comentario final, chapeau.

"Cómo salir de Kinshasa (en avión y sin perder los nervios)

Nota previa: El tráfico en Kinshasa es “especial”. Es importante saber desde el centro de la ciudad al Aeropuerto Internacional de N’djili hay 30 kilómetros. Y que un día corriente se pueden tardar dos horas en recorrer esta distancia. En serio. Si tu avión sale a las 21:00, sal como muy tarde a las 17:00.

Al llegar al aeropuerto hay un control. De militares con pinta de mafiosos. Así, para acojonar a la peña... sin embargo, al final resulta que sólo es un peaje para entrar a la Terminal en coche. Son 6 dólares.

Aparcas y sorteas como puedes a los “parking advisors” - como los de Sevilla, pero sin “mono” y con dientes - que efusivamente se prestan a llevarte la maleta. Llegas a la puerta exterior de la Terminal de salidas (no pone nada, pero tu sentido arácnido te dice que es la parte izquierda del edificio). Hay un control: enseñas pasaporte y billete, le aguantas la mirada al poli y pasas.

Subes por una pasarela y cinco metros más adelante encuentras otro control: vuelves a mostrar pasaporte y billete, le aguantas la mirada al poli y pasas.

Cruzas la puerta de entrada al interior de la Terminal. Aquí ojo: hay un detector así como muy tocho para las maletas, pero por el flanco derecho se te acercarán dos supuestos empleados del aeropuerto, con batas azules, a darte la paliza para decirte a dónde tienes que ir, qué papeles te faltan y que lo que haga falta, que ellos te acompañan para hacerte todo mucho más llevadero. Noooo, caca. Sólo quieren pastaca. A mí me llevaron directamente a las cabinas de inmigración, y todavía no me había sacado la tarjeta de embarque, así que tuve que desandar el camino. Por supuesto, me pidieron dinero y no les di nada; no pasa nada por decir que no, sólo insisten un poco más y se van.

Bueno, ahora que ya no te dan la chapa, puedes ir tranquilamente a la ventanilla de Brussels Airlines (BA), una que pone “securité”, a la izquierda detrás del detector. Aquí hay un primer control de BA, en el que enseñas el pasaporte y el billete. Te hacen la tarjeta de embarque y le pasan toda tu documentación a tres polis malos que tienes dos metros a tu derecha, en otra ventanilla. Éstos miran otra vez todo, farfullan entre ellos y te lo pasan por una rendija, esta vez con el premio gordo: ¡ya tienes tu tarjeta de embarque!

Ahora hay que ir a facturar en el desk de BA, a lado de donde estás (verás la cinta). Lo más probable es que lo hayas hecho ya antes en la ciudad (sí, ahora se puede hacer, en el Boulevard 30 de Juin). En este caso, te ponen una etiqueta de BA en el equipaje de mano y listo.

Te vas al fondo del vestíbulo (en el fondo la Terminal es como un vestíbulo circular), donde se ven unas puertas de madera. Ahí hay otro control: enseñas pasaporte y tarjeta de embarque, le aguantas la mirada al poli, le contestas que sí, que eres del Madrid, y pasas.

Cruzas la puerta de madera, y te absorbe el horno de las cabinas de inmigración, donde te sellarán la salida en el pasaporte, si los dioses están contigo ese día. Como no puede ser de otra forma, enseñas el pasaporte, la tarjeta de embarque y la tarjetilla de salida del país rellenada que te han dado antes en BA, le mantienes la mirada al agente de inmigración, le dices que sí, que eres del Barcelona, aprietas los dientes, salivas diez o doce veces, y cuando por fin te deja pasar le das gracias al dios en el que nunca has creído. Y a Odín también.

Un metro más adelante de la cabina (repito: un metro más adelante), hay otro control. Por si en la cabina han cometido algún error durante los 10 minutos que han estado mirando tu pasaporte y tu tarjeta de embarque, aquí vuelves a enseñarlo todo. Pasas y llegas a una puerta, se entreabre y lo ves: oh, la sala de espera, con su dutifrí, su aire acondicionado y su bar... la Tierra Prometida.

Se abre la puerta. Te toca pasar. Y hay otro control, esta vez otro detector para tu equipaje de mano, además de un arco de detección para los pasajeros. Si no llevas encima 3 kg. de diamantes ni un bebé gorila recién disecado, pasas fácil.

Ya estás esperando. Llaman a embarcar y salís todos disparados hacia la pista, camino del avión. Entonces se produce el fin de fiesta apoteósico que nadie se espera. Tres controles. En primer lugar, hay un control para recoger los justificantes del abono de un nuevo impuesto de 50 $ que el gobierno ha creado para que los pasajeros sufraguen la construcción de una nueva Terminal (te preguntas si la verán tus hijos...). Se supone que esto lo has pagado al facturar, ya sea en el aeropuerto o en la ciudad, como unas 10 horas antes, por lo que puede que ya ni te acuerdes de dónde tienes el recibo de los cojones. Así que al loro con esto, porque si no tienes que volver a pagar...

Un poco más adelante, todavía en la pista, enseñas el pasaporte y la tarjeta de embarque (algo te dice que para esta gente cualquier precaución es poca), y cinco metros más adelante hay una mesa gigante donde te hacen abrir tu maleta de mano, no vaya a ser que se les haya pasado por alto algún tomate de tus calcetines o esa zurrapa de gayumbo que podrías utilizar perfectamente para amenazar a la tripulación. Por último, ya casi en las escaleras del avión, tienes que pasar por otro detector, por si en la sala de espera o en la pista te han pasado un par de crías de cocodrilo (para el zoo de Cascante, no te jode...)


Y eso es todo. Así de simple. En resumidas cuentas, entre pitos y flautas te has visto sometido a 15 controles de distintos pelajes, y has tenido que enseñar el pasaporte solamente en 8 ocasiones. Con el plus de que has pagado 6 dólares por entrar en la atracción y has pagado otros 50 para contribuir a que algún día puedas disfrutar de algo mejor.

Ya en vuelo, la azafata se acerca para ofrecerte algo de beber; antes de que medie palabra, tú y tu cagalera de la muerte ya le habéis enseñado el pasaporte, el carnet del gimnasio, la foto de tu novia y la tarjeta de Osakidetza, por si acaso...

Ahora, en la distancia, te vienen a la mente los otros aviones, los del Este. Esos aviones nocturnos que sobrevuelan la ciudad de Goma camino a Ruanda, petaditos de coltán y otras cosas ricas de la RDC. ¿Cuántos controles tendrán que pasar estos aviones antes de despegar...? Te preguntas si las autoridades congoleñas pondrán tanto empeño en neutralizar este tráfico aéreo de rapiña que representa gran parte de los problemas de este país."

3 comentarios:

  1. Buenísimo Paloma!!!!

    Dosis de paciencia, de pasta y de buen humor...

    Un muxu enormeee!!! AURRERA!!!

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  2. Aupa paloma...

    es la primera vez que me meto al blog y me he pegado un empacho de Congo cojonudo...

    Hay tantas cosas que me recuerdan a esa vecina y querida Angola que agradezco que no hay nadie en la ofi..(pensarían que estoy medio loco, ahora riendo, ahora llorando...)

    Además escribes con mucho estilo (muy personal, como indicas al comienzo) y muy variado... ahora historia, ahora noticias, ahora el día a día...

    Me alegro un montón que estés dandole caña al lingala... ya verás que cara se le pone a los negros cuando una mundele les contesta en lingala... es la mejor manera de acercarse a los congoleños y de conocer ese increible mundo interior que supone el mayor reto que cualquier blanco puede llegar a realizar en un país africano.

    si, después de dos años en Angola, de algo me puedo sentir orgulloso es de haber conseguido que media docena de angoleños me hablen como si fuera negro.

    Un abrazo grande y sigue dándole caña a ese teclado sin acentos y sin eñes.

    Por aquí todo como siempre:
    - Andreita ha hecho la primera comunión (con gran espectación mediatica y todo eso...)
    - Lydia Boss (o como se escriba) se ha divorciado... con gran pena mediatica y todo eso...
    - La copa del rey la ganó el barça y el atlhetic se quedó sin sacar la gabarra. Y la liga también la ha ganado el Barça que está que se sale... como el alavés, pero este último por la cola... y es que va cuesta abajo y sin frenos.
    - Y Mario Benedetti ha fallecido ayer... nos dejó sus poemas, uno de los cuales te corto y te pego aquí mismo

    Con él me despido hasta la proxima. Un besote enorme.

    Desde Misiones Diocesanas, Fran.


    Quiero creer que estoy volviendo

    Mario Benedetti

    (2009-05-19)

    Vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
    con mi peor y mi mejor historia
    conozco este camino de memoria
    pero igual me sorprendo

    hay tanto siempre que no llega nunca
    tanta osadía tanta paz dispersa
    tanta luz que era sombra y viceversa
    y tanta vida trunca

    vuelvo y pido perdón por la tardanza
    se debe a que hice muchos borradores
    me quedan dos o tres viejos rencores
    y sólo una confianza

    reparto mi experiencia a domicilio
    y cada abrazo es una recompensa
    pero me queda / y no siento vergüenza /
    nostalgia del exilio

    en qué momento consiguió la gente
    abrir de nuevo lo que no se olvida
    la madriguera linda que es la vida
    culpable o inocente

    vuelvo y se distribuyen mi jornada
    las manos que recobro y las que dejo
    vuelvo a tener un rostro en el espejo
    y encuentro mi mirada

    propios y ajenos vienen en mi ayuda
    preguntan las preguntas que uno sueña
    cruzo silbando por el santo y seña
    y el puente de la duda

    me fui menos mortal de lo que vengo
    ustedes estuvieron / yo no estuve
    por eso en este cielo hay una nube
    y es todo lo que tengo

    tira y afloja entre lo que se añora
    y el fuego propio y la ceniza ajena
    y el entusiasmo pobre y la condena
    que no nos sirve ahora

    vuelvo de buen talante y buena gana
    se fueron las arrugas de mi ceño
    por fin puedo creer en lo que sueño
    estoy en mi ventana

    nosotros mantuvimos nuestras voces
    ustedes van curando sus heridas
    empiezo a comprender las bienvenidas
    mejor que los adioses

    vuelvo con la esperanza abrumadora
    y los fantasmas que llevé conmigo
    y el arrabal de todos y el amigo
    que estaba y no está ahora

    todos estamos rotos pero enteros
    diezmados por perdones y resabios
    un poco más gastados y más sabios
    más viejos y sinceros

    vuelvo sin duelo y ha llovido tanto
    en mi ausencia en mis calles en mi mundo
    que me pierdo en los nombres y confundo
    la lluvia con el llanto

    vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
    con mi peor y mi mejor historia
    conozco este camino de memoria
    pero igual me sorprendo.

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